Enfermarse
es la excusa perfecta para delegar culpas en los demás y también para poner a
prueba a esos que nos rodean. Su atención, cariño y demás hierbas son
necesarias cuando un mínimo dolor de garganta nos atraviesa y arruina el día,
por lo tanto, si no están presentes trayéndonos algún analgésico de la farmacia
que está a dos cuadras, su amistad no nos interesa en lo más mínimo, porque nos
ha fallado en un momento esencial.
Algunos
exageran de forma catastrófica cualquier síndrome gripal, otros se la bancan y
van para adelante, una pastilla y siguen con su vida. De los segundos no me
ocupo porque no nos dan ningún título divertido. De los primeros puedo escribir
un libro: esa clase de histérico social es necesario en nuestra sociedad y las
redes sociales nos han demostrado que todo tiene una razón esencial. Una mujer
acusa enfermedad en su estado de Facebook y no faltará el hombre ansioso que
comente: “estoy para lo que necesites”; “espero que te mejores”; “si querés te
llevo una peli”; “tengo una receta magistral que te va a mejorar” . En esas palabras
el sujeto masculino imaginó que la chica
lo llama para que le compre un ibuprofeno, este lo compra en la farmacia con
una caja de preservativos, llega a la casa de la chica, se acuesta con ella y
después le da la pastilla y el sujeto vuelve a su casa contento, como un
ganador nato, incapaz de conocer la derrota. Pero ese tipo de aventuras solo
pasan por nuestra mente.
Distinto es
el caso del hombre, que a menos que sea un paladín de las mujeres o un ser dichoso de que sus padres lo consideren aun un niño de seis años, pasados
sus dieciocho nadie le prestará atención
porque se tiene que cuidar solo y será acusado de "pecho frío" si falta a ciertas
actividades sociales por motivos recién mencionados. Este busca refugio en las redes sociales y como contestación logra la burla de sus amigos, el reproche de sus familiares y algún que otro comentario de alguna amiga rezando por su pronta mejoría. La vida depende de la
presencia de mamá en casa, porque si ella no está porque tiene que hacer
importantes labores en el mundo, la muerte es próxima. ¿Quién te trae el té con
galletas?